Ayer 1 de Diciembre fué el DÍA INTERNACIONAL CONTRAL EL VIH-SIDA.
Más de 3000 nuevas infecciones a lo largo de 2013 -último año con datos-, confirma que el VIH sigue siendo una enfermedad que se sigue transmitiendo en gran medida entre la población jóven, especialmente masculina, la transmisión sexual es la que con más del 80% de los casos, sigue siendo la principal de las vías de contagio.
Los avances en tratamientos de la infección por el virus del VIH, han permitido cronificar una enfermedad que era mortal hasta mediados de la década de 1990, reduciendo las tomas de pastillas y los efectos secundarios, a la par que su efectividad. Se le ha perdido el miedo al VIH, porque no se asocia la enfermedad ya con una "muerte segura".
Más de 3000 nuevas infecciones a lo largo de 2013 -último año con datos-, confirma que el VIH sigue siendo una enfermedad que se sigue transmitiendo en gran medida entre la población jóven, especialmente masculina, la transmisión sexual es la que con más del 80% de los casos, sigue siendo la principal de las vías de contagio.
Los avances en tratamientos de la infección por el virus del VIH, han permitido cronificar una enfermedad que era mortal hasta mediados de la década de 1990, reduciendo las tomas de pastillas y los efectos secundarios, a la par que su efectividad. Se le ha perdido el miedo al VIH, porque no se asocia la enfermedad ya con una "muerte segura".
Sin embargo sigue siendo una enfermedad grave que encadena al individuo
a un tratamiento de por vida, que le hace dependiente del sistema
sanitario, que limita su movilidad y que es una rémora para su libertad
sexual, y pleno desarrollo individual, social y familiar.
Si bien se ha perdido el miedo al VIH y existe una CLARA RELAJACIÓN de la población a la hora de asumir prácticas sexuales de riesgo, no ha habido por contra una relajación en el estigma social y el rechazo que en buena medida sigue generando una enfermedad, que es llevada por muchos en secreto, con toda la carga y desgaste moral y emocional que ello supone.
Hay avances en los tratamientos, y quizá el mejor remedio para esta grave enfermedad que mata a millones en los paises subdesarrollados y estigmatiza en los desarrollados, sea una cura definitiva, que requiere de un mayor compromiso por parte de los estados y las grandes corporaciones farmaceúticas, pues los costos sociales, humanos y sanitarios, son sin duda cada vez mayores al ser mayor la supervivencia de los afectados y patologías que van apareciendo a lo largo de la misma. Mientras eso llega, sirva la esperanza de los avances en tratamientos a quienes conviven con ese mal, y la perseverancia en la prevención, especialmente por parte de los más jóvenes y por naturaleza más activos sexualmente, ya sean de la orientación sexual que sean.
Mi solidaridad y consideración hacia todos aquellos que en anónimo silencio llevan la LETRA ESCARLATA del VIH marcada en sus mentes, y mi repulsa a cuantos de una manera u otra, directa o indirectamente, contribuyen con sus actitudes o hechos a ese estigma.
Si bien se ha perdido el miedo al VIH y existe una CLARA RELAJACIÓN de la población a la hora de asumir prácticas sexuales de riesgo, no ha habido por contra una relajación en el estigma social y el rechazo que en buena medida sigue generando una enfermedad, que es llevada por muchos en secreto, con toda la carga y desgaste moral y emocional que ello supone.
Hay avances en los tratamientos, y quizá el mejor remedio para esta grave enfermedad que mata a millones en los paises subdesarrollados y estigmatiza en los desarrollados, sea una cura definitiva, que requiere de un mayor compromiso por parte de los estados y las grandes corporaciones farmaceúticas, pues los costos sociales, humanos y sanitarios, son sin duda cada vez mayores al ser mayor la supervivencia de los afectados y patologías que van apareciendo a lo largo de la misma. Mientras eso llega, sirva la esperanza de los avances en tratamientos a quienes conviven con ese mal, y la perseverancia en la prevención, especialmente por parte de los más jóvenes y por naturaleza más activos sexualmente, ya sean de la orientación sexual que sean.
Mi solidaridad y consideración hacia todos aquellos que en anónimo silencio llevan la LETRA ESCARLATA del VIH marcada en sus mentes, y mi repulsa a cuantos de una manera u otra, directa o indirectamente, contribuyen con sus actitudes o hechos a ese estigma.
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