Las elecciones andaluzas ha sido el primer envite electoral en este año 2015, que nos ha dejado datos para reflexionar. Primero el PSOE logra mantenerse en su feudo histórico, logrando conjurar el desgaste por los no pocos casos de corrupción que han afectado a miembros parte del ejecutivo andaluz. Por otra parte, PODEMOS cuyas previsiones en las encuestas eran con mucho superiores al resultado obtenido, se ha desinflado. Ciudadanos ha conseguido no solo entrar en el parlamento andaluz, sino hacerlo con una representación de casi el 10%, un dato que al contrario de lo que le ha sucedido a PODEMOS, es superior al predicho en los sondeos más solventes. Ciudadanos acorta distancias con PODEMOS en un ascenso donde el votante busca moderación y seriedad en las propuestas y en la forma de hacer política.
El PP en Andalucía sufre su primer varapalo en este año electoral, donde sus políticas de estos últimos años han socavado la igualdad de oportunidades y los pilares del estado del bienestar, incrementando las desigualdades y la pobreza extrema, en un país, donde el paro, como en 2011 o más, sigue siendo la principal causa del empobrecimiento de los españoles.
Dos son los grandes derrotados de esta primera cita electoral, IU, ex socio de gobierno del PSOE. Y UPyD.
UPyD y C´s mismo programa, mismo discurso, mismos valores: C,s 9 diputados y UPyD CERO. Si en 2012 UPyD se quedaba en el 3,53% en estas elecciones no ha llegado ni al 2%. La ley electoral sigue favoreciendo a los grandes, pero el problema de UPyD nada tiene que ver con la ley electoral, y sí con las formas de hacer política tanto de cara a los ciudadanos como en clave interna.
Quizá en C´s no sean tan ortodoxos, perfectos y pulcros como se dicen en UPyD, eso seguro, pero si buscan desarrollar un proyecto moderado de centro reformista para España por encima de egos personales, que son los que parecen dominar a la señora Rosa Díez, la gran desaparecida en esta noche electoral, cuando suele oficiar de gran diva de las victorias..., parece pues, que las derrotas, se las deja a sus "subordinados", pese a que fue ella, y su buró de oficialistas, los que tras defenestrar a Sosa Wagner y a cuantos abogaban por un pacto con C´s, rompió las negociaciones con Rivera en noviembre pasado, declarándose ella la más pulcra e incorruptible de los políticos en España.
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