viernes, 2 de enero de 2009

INUNDACIONES EN COSLADA Y SAN FERNANDO monográfico análisis de su origen y causas








1 - LAS CAUSAS GENÉRICAS DE LAS INUNDACIONES

Con carácter general, las inundaciones son un fenómeno extraordinario por su ocasional virulencia, ocasionando graves daños y trastornos. Este fenómeno responde a los siguientes factores genéricos:
1.1-Relativos a la meteorología:
Perturbaciones no frontales, que dan lugar a precipitaciones muy intensas en espacios muy cortos de tiempo, en la Comunidad de Madrid, generalmente La Sierra, enclavada en el Sistema Central peninsular, actúa como mecanismo de disparo de estas tormentas, llegando a acelerar y agravar el fenómeno.
La alta evaporación por la relativamente elevada temperatura del agua del mar entorno a la península Ibérica al finalizar el verano es un fenómeno que se ve agravado por el calentamiento global que induce el cambio climático, unido también con el alto grado de radiación solar que recibe el suelo en zonas deforestadas del centro peninsular con su consiguiente repercusión en las altas temperaturas estivales. Todo ello, en el supuesto de su interacción con un frente frio, da lugar a la formación de cúmulos tormentosos convectivos de desarrollo vertical, que pueden descargar un gran volumen de precipitación en corto espacio de tiempo.

1.2-Relativos a la geomorfología:
La morfología del terreno y los materiales que lo constituyen son dos factores que influyen directamente en las inundaciones. Así, las zonas situadas en vaguadas, collados y depresiones con problemas de drenaje natural, son zonas potencialmente inundables, así como zonas con un substrato impermeable que aumenta la escorrentía superficial, son más fácilmente anegables.
La topografía condiciona directamente la velocidad del flujo del agua, que es de una gran importancia para la determinación de daños. Así, alturas de lámina de agua bajas pero con gran velocidad de flujo pueden llegar a ser altamente dañinas.


1.3-Relativos a la Intervención Humana:
Quizá es el factor que más influye, en especial, porque agrava las consecuencias del propio fenómeno explicadas en los puntos anteriores -meteorología + orografía- como factores condicionantes de las características del mismo.
Las principales intervenciones negativas en este sentido, se resumen en:


· Deforestación y prácticas de cultivo erróneo, que favorecen y aumentan el tamaño, frecuencia y gravedad de las inundaciones, al retener el suelo menos agua y aumentar la carga sólida -arrastre del suelo y sus sedimentos-.



· Extracción de áridos en los cauces, provocando alteraciones en el curso natural, pudiendo los materiales estériles provocar tapones totales o parciales en el cauce, aumentando además la carga sólida durante la avenida.


· Invasión del dominio público hidráulico: construcción en cauces o zonas inundables de su dominio público aun tratándose de cursos intermitentes o coyunturales de agua, de viviendas, industrias, infraestructuras de comunicaciones; etc… ocupando en el cauce el curso natural de las aguas. Como bien se ha dicho, esto no es solo aplicable a los ríos o cursos de agua permanentes, sino también a otros cauces que presentan un caudal intermitente o meramente coyuntural a consecuencia de determinados fenómenos meteorológicos, tal como es el caso de arroyos de segundo orden que están secos la mayor parte del tiempo, o torrenteras que recogen la vertiente de aguas de una o varias laderas.


· Vertido de nuevas Canalizaciones en los cauces, que pueden aumentar el caudal punta en las avenidas y; por tanto, el riesgo de inundación aguas abajo de las mismas.


· Urbanización de extensas áreas de terreno, con la consiguiente disminución de la capacidad de filtración del suelo, lo que aumenta el caudal de descarga, disminuyendo el tiempo de concentración de la avenida, y por tanto reduciendo el tiempo de respuesta necesario para su absorción. Asimismo las obras de tierra, si se ejecutan de forma no sensible ni respetuosa con el medio físico, pueden alterar negativamente la orografía, incrementando la velocidad de escorrentía y la formación de zonas anegables.



2 – ANÁLISIS DE LAS CAUSAS DE LAS RIADAS EN COSLADA y SAN FERNANDO
Todas las obras de urbanización implican movimiento de tierras y pavimentación de superficies que destruyen y/o modifican el estrato superficial vegetal del terreno natural alterando la capacidad natural del terreno para drenar y asimilar la absorción del agua superficial en caso de precipitaciones.



Las obras de urbanización que se efectúan en el PAU del CAÑAVERAL sito en el término municipal de Madrid, ocupan ya de por sí parte de un área endorreíca -zona de encharcamiento y estancamiento natural de la aguas consecuencia de la geomorfología y composición geológica de dichos terrenos-, que tiene su desagüe natural a través de la vaguada por la que transcurre el tramo de La Cañada Real Galiana a su paso por Coslada, y donde se asienta la parte legal del construcciones del Barrio de Santiago de este municipio, entre las estribaciones de los cerros del Tesoro-Herradura y Canteras de San Fernando con cotas de 651 y 658 m. respectivamente, oscilando la parte más baja en pendiente hacia San Fernando entre las cotas 620 y 580 m.; es decir, desniveles del orden de entre los 70 y 80 metros en un tramo de menos de 2000 m. que dan lugar a pendientes pronunciadas propias de las ladera de los cerros originales hoy total o parcialmente urbanizados.




Si analizamos el plano geológico y geomorfológico de la zona, rápidamente nos percataremos de que el espacio que linealmente ocupa el barrio de Santiago en la referida vaguada, se corresponde con un antiguo cauce intermitente, cuyo caudal eventual se nutre de la escorrentía natural de los cerros, cuya vertiente de aguas cae por la propia orografía natural de los cerros hacia dicha vaguada. La existencia de dicho cauce bien la demuestra la cartografía aérea de la zona en vuelos fotogramétricos realizados entre 1946 y 1972 -último vuelo en el que se aprecia-. Este cauce dentro del término de San Fernando discurría por parte hoy parcialmente ocupada por edificaciones construidas a principios de las décadas de 1970 y 1980, en el entorno de las avenidas de Enrique Tierno e Irún, y atravesaba el actual parque Dolores Ibárruri por la depresión que presenta la topografía del mismo entre las calles Huerta y avenida de San Sebastián –campo de césped y bosquete, así como actual campo de futbol- y seguía bordeando lo que es hoy la plaza de Guernica por donde se haya la actual estación de metro Jarama –que no en vano se inundó el 22 de Septiembre- y enfilaba el trazado de la avenida de San Sebastián a la altura del colegio Guernica, para terminar desembocando en el caz regantes y a través de éste en el Jarama. Pero la existencia de este cauce bien la demuestra incluso cartografía aun más antigua, como lo es el plano del Real Sitio de San Fernando de Carlos Vargas Machuca que data de 1810.




Asimismo, las inundaciones en la zona, ante eventuales precipitaciones intensas sobre todo de origen tormentoso –superiores a los 40 l. x m2 / hora-, han propiciado anteriores episodios de inundaciones de calles, afectando a bajos y garajes en la zona urbana que hoy ocupa el antiguo cauce referido anteriormente, que discurre por una vaguada que desagüe de la escorrentía natural de las colinas y cerros que la definen.



Es notorio no obstante, que ninguno de los episodios, fue ni con mucho tan intenso como el que ocurrió la madrugada del pasado 22 de septiembre, recurriendo, aunque con menor intensidad en la del 12 de octubre, con hasta 150 l. x m2 / hora, un volumen de precipitación que no se había producido en los últimos 50 años según datos de la estación meteorológica de Barajas.




No obstante, pese a las razones relativas a la orografía e hidrografía del terreno, así como a las obvias de tipo meteorológico, se unen de forma innegable como “factor agravante” factores humanos a los que puede deberse entre un 10 y un 25% de la intensidad de los efectos derivados de la riada. Las razones del agravamiento de las condiciones de la riada son varias, pero sólo se explican; por un lado, por el efecto barrera que con respecto a la zona de encharcamiento endorreica que constituía la zona de “El Cañaveral” -como bien señala su topónimo- y su desagüe natural hacia la vaguada de La Cañada en su vertiente hacia el Jarama, constituyen el terraplenado sobre el que se asienta la calzada de la M-45 para salvar la depresión de La Cañada. Los últimos episodios registrados de lluvias torrenciales como las ocurridas, son bastante anteriores a la construcción de la M-45 y también a la ocupación de la Cañada en su primer tramo hoy legal dentro de Coslada, por construcciones ilegales.



Los últimos episodios recientes registrados que produjeron riadas sin consecuencias tan graves como las actuales datan de septiembre de 1997 y junio de 1999, con un índice de precipitación de no más de 40 l. x m2 / hora, que efectivamente, pese a ser tres veces inferior al del último episodio de 12 octubre de 2008, ya produjo riada en la misma zona, solo que con una lámina de agua mucho más baja, con mucha menos carga sólida y velocidad.



Por tanto, puede y debe concluirse, sin que sea objetivo técnicamente obviarlo, que las obras de la M-45 y de urbanización del PAU de El Cañaveral, pero también del cosladeño futuro barrio de “El Jarama”, ha alterado la orografía original del terreno, eliminando la cubierta o sustrato vegetal natural del mismo, aumentando la superficie de terreno impermeable, incrementando el caudal de la escorrentía que en supuestos de lluvias torrenciales como las mencionadas, suponen que el caudal, velocidad y carga sólida de la lámina de agua de la riada que producen intensidades de precipitación como las registradas los pasados días 22 de septiembre y 12 de octubre, sean entre un 10 y un 20% mayores a lo que cabría esperar de extrapolar datos de precipitación análogos producidos en el pasado sobre una zona que no se encontraba urbanizada ni tenia ocupada por construcciones la zona de recogida natural de las aguas, con todo el dramatismo que ello ha supuesto y hemos conocido.


En resumen, estos son los factores que explican lo ocurrido, evidentemente, la solución a medio plazo para evitar que esto pueda volver a repetirse, pasa por adecuar y dimensionar convenientemente la red de saneamiento, previendo nuevos colectores con aliviaderos hacia el Jarama, con capacidad para asumir el volumen de caudal máximo en atención a las particularidades de la zona que someramente aquí se han descrito, así como al grado de saturación de la actual de red de colectores tanto supramunicipales como municipales de Coslada y San Fernando, diferenciando, mediante saneamiento separativo, la recogida de efluentes fecales de los pluviales en los nuevos desarrollos previstos inmediatos a la zona de La Cañada.



La propuesta de nuevos colectores, que incluye el informe elaborado para la Comunidad de Madrid por una ingeniería independiente, que plantea dos colectores de gran capacidad paralelos a la barriada de Santiado que entroncaría con otro de mayor capacidad hidráulica que recogiera sus aguas para llevarlas a la depuradora de Casaquemada en un trazado paralelo a la actual carretera de Mejorada sin entrar en el casco de San Fernando, parece la solución más factible para la recogida de aguas tanto de La Cañada, como de los futuros desarrollos residenciales entorno al Hospital del Henares, siempre que dichos colectores sean dimensionados generosamente con previsión de la carga hidráulica que pueda suponer el techo máximo de población y usos compatibles con el residencial que pueda acoger toda la zona.


Más allá de esto, convendrá antes de alcanzar tal escenario, valorar las alternativas adecuadas para incrementar la capacidad de depuración de aguas de la actual depuradora de Casaquemada, un sistema separativo de saneamiento, parece ser la solución más conveniente para no agravar la situación de la capacidad de tratamiento de efluentes fecales a corto plazo, dado que las aguas pluviales aun procedentes de escorrentía urbana, no requieren de un tratamiento tan específico como las fecales, pudiéndose limitarse a tratamiento físico y no también bioquímico.

Y por último, y como mero apunte estrechamente relacionado con el caso, creo que tanto el Barrio de Santiago, como la totalidad de La Cañada Real, pese a que presentan realidades bastante diferenciadas, deberían ser objeto de una REORDENACIÓN URBANÍSTICA INTEGRAL, no sólo tendente a resolver posibles deficiencias infraestructurales y de urbanización como las señaladas en este caso concreto, sino con vistas a su integración urbana en el continuo urbano de Coslada y de los nuevos PAU´s de Madrid.




Ordenación formal en términos urbanísticos y arquitectónicos, que resuelva los problemas que van parejos a todo asentamiento espontáneo.


En el caso de Madrid, La Cañada Real, supone además un problema de amplia componente social íntimamente relacionada con la salubridad pública. Bien es conocido el asentamiento de casi 20 kilómetros de longitud de construcciones ilegales la mayoría de ellas infraviviendas o chabolas, que acogen a cerca de 40.000 familias que viven en la mayoría de los casos por debajo del umbral de la pobreza, en unas condiciones de salubridad miserables. El señor Ruiz Gallardon, alcalde de Madrid, ciudad que pretende ser “CIUDAD OLÍMPICA 2016”, debería de saber que es completamente incompatible vender la imagen del Madrid que el pretende como imagen de una nación que pasa por ser la octava economía mundial, compendiando el alto rango de la capitalidad con el dudoso honor de tener el mayor poblado chabolista del sur de Europa.

3 – INUNDACIONES EN LA ZONA BAJA DE VIVIENDAS UNIFAMILIARES DE SAN FERNANDO

Atención diferenciada merece el caso de las inundaciones que se produjeron en las calles Oslo, Londres, Paris y Dublín de San Fernando, zona residencial de tipología unifamiliar adosada. Las razones de que se vieran anegas calles y garajes de viviendas en esta zona, responden además de a las obvias mismas causas meteorológicas, a deficiencias de diseño, ejecución y conservación e inspección de las red de colectores en la zona, así como a modificaciones de la sección hidráulica de ciertos tramos de colector a otra no equivalente menor, realizadas a criterio de la constructora de las viviendas situadas en la calle de Londres.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Muy interesante la verdad, y más ampliamente explicado de lo que cabía de esperar de los que tienen responsabilidades en todo lo ocurrido.

Un saludo.

Anónimo dijo...
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