En qué ha convertido Europa la derecha conservadora que anida en sus instituciones y gobierna, salvo en Francia o Italia, los principales estados de La Unión. Han sustituido los valores de integración, justicia y solidaridad, por aquellos otros que mejor se ajustan a los de la economía financiera global, esa, que sin producir NADA especula con todo, generando hambre, miseria y guerras.
La UE se quiso construir sobre principios de solidaridad, justicia y progreso social y material. Sin embargo, como viene siendo habitual en otros muchos aspectos, los estados europeos y sus instituciones se muestran incapaces de dar una respuesta común a la crisis migratoria, que tiene que ver y mucho con los conflictos que en nuestro más inmediato entorno, hemos ignorado obviando sus consecuencias.
Los inmigrantes llegan a los estados del sur, y conscientes de su difícil situación económica, se dirigen hacia nuestros privilegiados vecinos del norte: Alemania, Gran Bretaña, Suecia, Finlandia... aquellos que, hicieron de la economía financiera, una nueva forma de sometimiento de los pueblos y esclavitud humana, en el contexto de un mundo globalizado en lo económico y financiero, pero no en lo social y cultural.
En un mundo complejo, es un hecho evidente ya, el fracaso político, social y económico de la UE, víctima de ese mismo capitalismo financiero, cuya ansia especulativa, es origen de la crisis mundial, que ha truncado el proyecto europeo, abocando de nuevo el continente, a un escenario complejo, de creciente injusticia, desigualdad e insolidaridad.
Encerrada en sí misma, y rehén de los poderes económicos, la clase política es incapaz de afrontar nada, y nuestras democracias tienden a convertirse en pura ficción.
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