Hace veinte años cuando apenas contaba con nueve casi recién cumplidos, fui testigo a través de la televisión desde el salón de la casa de mis padres, de la caída del muro de Berlín.
Para mi que era un niño, y que no era consciente de la significación política, social y económica que suponía y supondrá todo ello, me sorprendía mucho todo aquello, y no alcanzaba a entender por qué tanta algarabía porque en Berlín, que me sonaba al "Mago Merlín"... se había caído un muro. ¡Pues que recojan los cascotes...! pensaba yo.
El paso del tiempo y los años, con la edad me hizo tomar consciencia e interés por la historia, y que aquello del "Muro de Berlín" era producto de la tragedia de Europa en el siglo XX, y de la división del mundo en dos bloques antagónicos, del que en mi infancia sólo tuve consciencia a través de las películas de espías como las de James Boom, donde como agente secreto al servicio de su majestad británica, se enfrentaba al KGB soviético, donde los rusos eras los malos, y los americanos los buenos... y pensaba yo ya por entonces... ¡y los españoles por qué nunca salimos en esas pelis!.
Comunismo y Capitalismo, dos sistemas socieconómicos contrapuestos, el primero de economía planificada, donde no existe la libertad de empresa, donde todos los medios de producción pertenecen al estado, donde los trabajadores reciben un sueldo ajustado a su categoría, y tienen asignado lo que deben poseer, desde la casa, el coche -si lo tenían-, o cuantos trajes o pares zapatos habían de tener. Todo ello frente al liberalismo económico de occidente, donde el individuo es libre de procurarse cuantos bienes materiales precise, supuestamente, para ser feliz... donde las empresas no son propiedad del estado, sino del señor que la crea para ganar dinero con ello, empujando el engranaje de la economía capitalista que se mueve por el deseo de poseer cada vez más y más... aunque a veces sea a costa del trabajo de quienes menos tienen.
Dos mundos que se miraban con recelo y a veces hasta con odio, en medio de los cuales se encontraba la desdichada Alemania, víctima primera de su historia reciente, en el marco de dos guerras mundiales que devastaron Europa convirtiéndola en el escenario de la confrontación de los dos grandes bloques y sistemas contrapuestos, los Estados Unidos y la Unión Soviética.
En Berlín cristalizó de forma clara y evidente la confrontación de aquellos dos mundos opuestos... formados pese a todo, por personas con las mismas necesidades, sentimientos y deseos.
Los alemanes del este... veían en el progreso material de sus vecinos del oeste, las grandes carencias del mundo único que el comunismo les había impuesto como único posible y viable, limitando su capacidad de elección y decisión como individuos libres.
Alemania pagó un alto precio por su protagonismo en el desencadenamiento de la Segunda Guerra Mundial...
La caída del muero de Berlín fué el síntoma más evidente que aceleró la caída del imperio soviético, que se desmoronó sólo, víctima de sus muchas contradicciones, y de la injusticia y opresión en la que se fundamentó su poder totalitario.
El mundo que nos abrió el nuevo orden internacional que nos trajo la caída del muro de Berlín y el desmoronamiento del imperio soviético, posibilitó el afianzamiento de la idea de Europa como entidad política y no sólo económica comercial, con una consolidación de "La Unión". Sin embargo, fue un mundo donde la hegemonía norteamericana cometió en algo más de diez años, gran cantidad de excesos, donde el neoliberalismo económico a ultranza promovió más injusticias y desigualdades, frente al enriquecimiento rápido y desorbitado de unos pocos. A ello se suma el agravamiento de los problemas ambientales, los nacionalismos y el integrismo religioso, alimentado en su día por los EE.UU contra el ateísmo soviético.
El mundo de hoy, no es sustancialmente mejor, ha desaparecido la amenaza de la tercera guerra mundial entre las dos superpotencias, con el holocausto nuclear, quedando por el momento una sola gran potencia, y un gran país que como China mantiene del sistema comunista únicamente el aparato opresor y antidemocrático al objeto de controlar a sus ciudadanos, mientras es en todo permisiva en lo relativo a desarrollo de los negocios y el comercio, con un liberalismo económico si cabe más salvaje e injusto que el occidental... En definitiva, lo que ha ocurrido es que los problemas de entonces han sido sustituidos por otros nuevos o producto de la realidad de entonces.
Para mi que era un niño, y que no era consciente de la significación política, social y económica que suponía y supondrá todo ello, me sorprendía mucho todo aquello, y no alcanzaba a entender por qué tanta algarabía porque en Berlín, que me sonaba al "Mago Merlín"... se había caído un muro. ¡Pues que recojan los cascotes...! pensaba yo.
El paso del tiempo y los años, con la edad me hizo tomar consciencia e interés por la historia, y que aquello del "Muro de Berlín" era producto de la tragedia de Europa en el siglo XX, y de la división del mundo en dos bloques antagónicos, del que en mi infancia sólo tuve consciencia a través de las películas de espías como las de James Boom, donde como agente secreto al servicio de su majestad británica, se enfrentaba al KGB soviético, donde los rusos eras los malos, y los americanos los buenos... y pensaba yo ya por entonces... ¡y los españoles por qué nunca salimos en esas pelis!.
Comunismo y Capitalismo, dos sistemas socieconómicos contrapuestos, el primero de economía planificada, donde no existe la libertad de empresa, donde todos los medios de producción pertenecen al estado, donde los trabajadores reciben un sueldo ajustado a su categoría, y tienen asignado lo que deben poseer, desde la casa, el coche -si lo tenían-, o cuantos trajes o pares zapatos habían de tener. Todo ello frente al liberalismo económico de occidente, donde el individuo es libre de procurarse cuantos bienes materiales precise, supuestamente, para ser feliz... donde las empresas no son propiedad del estado, sino del señor que la crea para ganar dinero con ello, empujando el engranaje de la economía capitalista que se mueve por el deseo de poseer cada vez más y más... aunque a veces sea a costa del trabajo de quienes menos tienen.
Dos mundos que se miraban con recelo y a veces hasta con odio, en medio de los cuales se encontraba la desdichada Alemania, víctima primera de su historia reciente, en el marco de dos guerras mundiales que devastaron Europa convirtiéndola en el escenario de la confrontación de los dos grandes bloques y sistemas contrapuestos, los Estados Unidos y la Unión Soviética.
En Berlín cristalizó de forma clara y evidente la confrontación de aquellos dos mundos opuestos... formados pese a todo, por personas con las mismas necesidades, sentimientos y deseos.
Los alemanes del este... veían en el progreso material de sus vecinos del oeste, las grandes carencias del mundo único que el comunismo les había impuesto como único posible y viable, limitando su capacidad de elección y decisión como individuos libres.
Alemania pagó un alto precio por su protagonismo en el desencadenamiento de la Segunda Guerra Mundial...
La caída del muero de Berlín fué el síntoma más evidente que aceleró la caída del imperio soviético, que se desmoronó sólo, víctima de sus muchas contradicciones, y de la injusticia y opresión en la que se fundamentó su poder totalitario.
El mundo que nos abrió el nuevo orden internacional que nos trajo la caída del muro de Berlín y el desmoronamiento del imperio soviético, posibilitó el afianzamiento de la idea de Europa como entidad política y no sólo económica comercial, con una consolidación de "La Unión". Sin embargo, fue un mundo donde la hegemonía norteamericana cometió en algo más de diez años, gran cantidad de excesos, donde el neoliberalismo económico a ultranza promovió más injusticias y desigualdades, frente al enriquecimiento rápido y desorbitado de unos pocos. A ello se suma el agravamiento de los problemas ambientales, los nacionalismos y el integrismo religioso, alimentado en su día por los EE.UU contra el ateísmo soviético.
El mundo de hoy, no es sustancialmente mejor, ha desaparecido la amenaza de la tercera guerra mundial entre las dos superpotencias, con el holocausto nuclear, quedando por el momento una sola gran potencia, y un gran país que como China mantiene del sistema comunista únicamente el aparato opresor y antidemocrático al objeto de controlar a sus ciudadanos, mientras es en todo permisiva en lo relativo a desarrollo de los negocios y el comercio, con un liberalismo económico si cabe más salvaje e injusto que el occidental... En definitiva, lo que ha ocurrido es que los problemas de entonces han sido sustituidos por otros nuevos o producto de la realidad de entonces.
Todo ello demuestra, que ningún sistema político, económico, social y de gobierno es perfecto ni el más idóneo para facilitar la felicidad humana por medio del progreso material y moral... como tampoco hay fortaleza, muro o muralla, que puede frenar los deseos humanos de libertad y de optar a una vida mejor... como que ningún imperio se sostiene contra los deseos de quienes lo constituyen o viven bajo su influencia o dominio.
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