sábado, 14 de diciembre de 2019

01.11.2019 - NUESTRO PUEBLO

Panorámicas de nuestro pueblo (toda una ciudad) en marzo de esta año 2019.


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San Fernando de Henares REAL SITIO.

Felipe V de España, en uno de sus últimos actos de gobierno, dispone mediante un real decreto fechado el 29 de junio de 1746 la compra del lugar de Torrejón de la Ribera para el establecimiento de una fábrica de paños superfinos, y no tener que depender de importaciones extranjeras. Su sucesor, Fernando VI toma posesión del lugar el 30 de agosto y nombra como gobernador del mismo a Teodoro Ventura de Argumosa, caballero de la Orden de Santiago y Caballerizo de S.M., gran conocedor de las modernas técnicas de producción textil de los países europeos. El creador del proyecto de aquella nueva ciudad es aún desconocido, aunque por su similitud con otros edificios y poblaciones industriales realizadas a lo largo del siglo XVIII se puede intuir que su trazado estuvo a cargo del Real Cuerpo de Ingenieros Militares, creado por Felipe V y autores de la Real Fábrica de Tabacos de Sevilla y de la Real Fábrica de Paños de Guadalajara, entre otras.




El edificio de la Real Fábrica de Paños, se sitúa ocupando el frente Noroeste de la actual plaza de España, en el tramo en que aquélla estaba atravesada por la desaparecida calle de Pavía, hoy integrada en el conjunto peatonal de la plaza. Se trataba de una construcción industrial del periodo ilustrado, organizada en planta cerrada y cuadrada en torno a un gran patio central, en el que se ubicaba una fuente, estaba proyectado para posibilitar la realización del dicho proceso de fabricación de paños, al tiempo que proveía de iluminación y ventilación natural a las crujías interiores del edificio. La perfecta simetría de la composición se marca exteriormente mediante un cuerpo central situado en el eje, que avanza sobre el plano de la fachada principal a modo de "avant corps" característico de los palacios franceses de la época. En el centro de dicho cuerpo se sitúa la entrada principal y zaguán. Presenta la edificación dos alturas más bajo cubiertas y planta sótano distribuidas entre crujías. El sótano se destinaba a almacén, y solo la nave oriental correspondiente con la fachada principal contaba con dicho sótano. La planta baja albergaba todas las dependencias destinadas al proceso de producción, administración y capilla. La planta alta estaba ocupada por almacenes, tendederos de lana y vivienda del gobernador.



Planos de la Real Fábrica de Paños a partir del proyecto de reconstrucción de Luis Cervera Vera en 1947.
La fachada más representativa es la principal, construida en su casi totalidad en cantería obra de los escultores Agustín del Corral y Andrés de las Elgueras; en ella se encuentra toda la ornamentación del edificio. 
Se divide en cinco cuerpos, situándose en el centro del citado "avant corps" que actúa realmente como fachada principal. Presenta en su frente cinco vanos por planta y otro en cada uno de los lados. 



Los vanos de planta baja se rematan mediante arco escarzano y las ventanas altas, adinteladas aparecen protegidas con un guardapolvo situado sobre molduras barrocas que encuadran los balcones. En los paños ciegos pilastras almohadilladas rematadas por capiteles jónicos separan los huecos. Sobre la clave del arco del acceso principal se sitúa una cabeza de monstruo sobre la que se dispone una cartela con la siguiente inscripción: "REINANDO EN LAS/ESPAÑAS DON FERNANDO/SEXTO/SIENDO GOBERNADOR/DON TEODORO VENTURA/ARGUMOSA CAVALLERO/DE SANTIAGO/CABELLERIZO DE SM/AÑO DE 1748". Un gran escudo corona la planta alta en el eje de la composición. Un balcón corrido con barandilla de hierro recorría la totalidad del edificio, separando ópticamente las dos plantas. Las restantes fachadas se construyeron en fábrica de ladrillo íntegramente, salvo un zócalo de cantería. En la actualidad, solo se conservan los restos de la fachada principal, integrados tras su restauración en el nuevo edificio del ayuntamiento realizada por los arquitectos Sol Madridejos y Juan Carlos Sancho.



Frente a la fábrica, siguiendo el eje de composición de la misma, se construyeron viviendas para sus trabajadores lo que daría origen al actual municipio. Ante la fachada principal de la fábrica se abrió una plaza de planta cuadrada (llamada actualmente Plaza de España) que se unía por un eje con una segunda plaza, redonda en este caso (actualmente Plaza de Fernando VI).


El trazado y construcción de la nueva población responde a los esquemas urbanísticos del barroco europeo de la primera mitad del siglo XVIII.
Así, ante la monumentalidad de la fachada principal de la fábrica, se abre la unidad y sencillez de la plaza de España, plaza casi cuadrada formada por tres frentes que comprendía originalmente 32 edificios con plantas distintas y una fachada común de fábrica de ladrillo con encajonados de pedernal cubierta de teja curva continua, con buhardillas para venteo de los devanes bajo la misma, y alero ornamental continuo formado por canecillos moldurados de madera. Toda ella muestra una gran sobriedad de líneas, propia de la arquitectura civil castellana. Algunos de estos edificios estuvieron destinados en el pasado a distintos servicios para los habitantes: panadería, lonja, mercería, carnicería, botica, etc.



El proyecto de San Fernando comprendió además de la fábrica y nueva población inicialmente pensada para sus operarios, una serie de obras de apoyo a las necesidades de la fábrica y la nueva población, tales como obras hidráulicas para la canalización del río y riego de las huertas, que comprenden una presa y caceras para abastecimiento del Batán, molino de papel, lavadero y tintes que atender a operaciones de la fabricación de paños, que por su riesgo quedaban desligadas de la fábrica y la población. Esto último junto con la construcción del cementerio y el matadero fuera de los límites de la población y relativamente alejados de ella, inauguran un nuevo concepto de higiene urbana que se ha desarrollado a partir del siglo XVIII. Así mismo, por vez primera, se planifica una ciudad y su territorio circundante, en función de las necesidades de imperativo económico que impone la producción, estableciéndose por parte de la fábrica y la población, una relación de "dominio" del territorio circundante.



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