miércoles, 29 de julio de 2009

EL DIÁLOGO SOCIAL... ¡UN DIÁLOGO DE SORDOS...!





Recientemente hemos conocido la noticia de la ruptura del diálogo social entre patronal (CEOE), los sindicatos (CC.OO y UGT) y el gobierno. La acusación de la ruptura de las negociaciones ha sido bidireccional por cada una de las partes, pero lo que parece claro, es que nadie que tenga voluntad de acuerdo se plantea ir a una negociación, marcada por la fuerte contraposición de intereses de las partes, con la pretensión de que todas tus iniciativas sean aprobadas plenamente, aprovechando la actual difícil coyuntura social, económica y laboral de España para culpar al contrario de inmovilismo caso de no querer; o más bien, no poder hacerlo. Esa precisamente, ha sido la actitud de la patronal representada por la CEOE, como de hecho lo es en todos los ámbitos de negociación, donde a menor escala y con diferentes interlocutores, se sientan a hablar con la representación de los trabajadores, parte mayoritaria de la sociedad civil, y de quién la representa y administra en una de sus más altas instancias ejecutivas, el gobierno, a quién le corresponde por mandato democrático legislar y velar por el interés general, estableciendo las reglas de juego en las que se han de desenvolver las relaciones laborales entre trabajadores y empresa o empresarios.

Es un hecho que el problema del desempleo es un problema estructural de nuestra economía y no de mayor flexibilización del mercado laboral. Lo que necesitamos es un pacto político y social tendente a trabajar por sentar las bases de un nuevo modelo productivo que garantice nuestro progreso económico y social, basado en la educación, el conocimiento y las nuevas tecnologías, que nos permitan diversificar nuestro tejido productivo generador de empleo, abrirnos a nuevos mercados y ser más productivos y competitivos.

Hay una cuestión muy sencilla dentro de los argumentos que ha utilizado el PP, y es que, “¡esta legislación laboral ha servido para crear en España dos de cada tres empleos que se creaban en la UE antes de esta crisis...!” ¿por qué no sirve ahora a ojos del PP y de la patronal...?

Es obvio que la CEOE con su presidente a la cabeza, está asumiendo el rol que el PP no quiere asumir por conveniencia política electoral, de exponer las recetas que el PP llevaría a término caso de tener el poder político para hacerlo, en detrimento de los derechos de los trabajadores en España. Pues de todos es sabido, que el PP habla de reformas estructurales en economía y en materia de legislación laboral, pero hasta ahora no ha expuesto públicamente ninguna con claridad, aportando, pese a las diferencias, a un debate constructivo y no políticamente interesado, que intenta sacar réditos electorales de esta desgraciada crisis, que tiene en el desempleo una de sus más dramáticas consecuencias.

La derecha política y económica, esta aprovechando estas circunstancias para "arrimar el ascua a su sardina"... sin importarle que por ello "dejen de asarse sardinas en la plaza...". Aprovechan esta difícil coyuntura económica y social, para reivindicar sus históricas aspiraciones de desregulación en materia de contratación y desmantelamiento del sistema de coberturas sociales en las que se ha fundamentado nuestro estado del bienestar; a la par que, deslegitimar y dañar la imagen de la labor de representación y negociación colectiva de los sindicatos en favor de una negociación llevada al campo de lo individual, donde el trabajador, siempre llevará las de perder en defensa de sus intereses en contraposición de los de una corporación o empresa.

Tales planteamientos responden al ideario del ULTRALIBERALISMO ECONÓMICO, al que tenemos que agradecer, a través de sus "tiburones", la generación de la crisis financiera que se está llevando por delante buena parte de nuestros empleos, PIB y recursos públicos; es decir, como siempre, un gran perjuicio colectivo, por el beneficio de unos pocos "listos" al amparo de la desregulación y un concepto de “libre mercado” mal entendido, al eludir la función social de generación de riqueza colectiva que va pareja al mismo.

Me toca en estos difíciles tiempos, ejercer como delegado vicepresidente en un comité de empresa de una fábrica en Madrid, por Comisiones Obreras, donde está a la orden del día la esencia de la contraposición de intereses que de alguna manera estoy intentando poner de manifiesto con estas palabras, y en suma, de la experiencia de lo que he tenido que afrontar como tal a lo largo de este último año. Solo puedo decir, que somos l@s trabajadores y trabajadoras quienes estamos pagando más crudamente las consecuencias que se derivan de esta crisis. No obstante, como socialista y socialdemócrata convencido alejado de todo extremismo ideológico, comprometido con lo que representan esas ideas de justicia social, e igualdad de derechos y oportunidades, y con la responsabilidad que supone ejercer la defensa de los intereses colectivos de mis compañeros en tan difíciles momentos, por la confianza que ellos han depositado en nosotros para tal fin, seguiré junto con mis compañeros de comité, defendiendo dichos intereses y proponiendo iniciativas tendentes a la preservación del empleo y los derechos sociales y laborales de los trabajadores en el contexto de nuestras relaciones con la patronal, tal como hasta la fecha lo hemos hecho desde la responsabilidad, la lealtad y el realismo consecuente con la realidad y circunstancias de cada momento.

Sin embargo, ahora más que nunca, estasmos necesitados del aliento y determinación de nuestros dirigentes en pro de la defensa de esos intereses generales y colectivos, que tan fácilmente pueden ser cuestionados ahora cuando aquellos que se ven privados de la base económica para su medio de vida; es decir, su trabajo, puedan prestar oídos en su desesperación, a las aspiraciones políticas de un colectivo social que lejos de legislar a favor de los intereses de todos, lo hará en beneficio de los suyos propios al objeto de mantener y ampliar sus privilegios económicos y sociales, a costa del detrimento de los derechos que en ese mismo campo tienen una gran mayoría de trabajadores, de acuerdo con las leyes que nos hemos dado.

Utilizar el paro como justificación para ello, es simplemente UN CHANTAJE SOCIAL, que como sociedad libre y democrática no podemos admitir y nos vemos obligados a rechazar.

1 comentario:

Anónimo dijo...

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- Henry

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