CATALUÑA

EN CATALUÑA NO OBTIENE LA MAYORÍA ABSOLUTA LA CANDIDATURA INDEPENDENTISTA DE "JUNTS  PEL SI". 

No obstante ganan las elecciones, y junto con la CUP, tienen mayoría absoluta en escaños, aunque en clave plebiscitaria, no llegan al 50% de los votos.

El PP obtiene un pésimo resultado, la marca catalana de PODEMOS ( CATALUÑA SÍ QUE ES POT) obtiene un resultado decepcionante en palabras de Pablo Iglesias. El PSOE mantiene el tipo y Ciudadanos C's asciende claramente como segunda fuerza política en Cataluña en oposición a la independencia.

El plebiscito que planteaban los independentistas lo han perdido, pero han ganado las elecciones en representación parlamentaria.

Hay que reconocer una clara división de la sociedad catalana y no se puede obviar que ciertamente tenemos un grave problema de encaje social y político de Cataluña en España.

El escenario de la confrontación está igual... y continuará la matraca independentista con nuevos desafíos al orden constitucional. Lo complicado va estar en gestionar políticamente ese resultado, con la complejidad de gestionar una sociedad que está claramente dividida, y eso es responsabilidad compartida de Mas y Rajoy.

La Constitución de 1978 y la legalidad que de ella emana se tiene que respetar y hacer cumplir. Sin embargo La Constitución se puede reformar... el problema es que, si la reformamos a la medida de Cataluña, existe el riesgo de que puedan pedir otras autonomías similar trato. El problema con Cataluña es que parece haberse llegado al extremo de que una parte importante del catalanismo, no aspira a otra cosa que no sea la independencia.

El PP no ha sabido gestionar adecuadamente el asunto de la singularidad catalana... siendo oposición hizo bandera de su anticatalanismo, y cuando ha sido gobierno, ha recogido como resultado el desafío soberanista de Mas, y no ha sabido afrontarlo con La Constitución y la ley en la mano y una holgada mayoría absoluta a nivel nacional, pensando, que el problema, se resolvería por sí sólo, mientras ellos se envolvían en la bandera como adalides de una unidad de España, que Rajoy con sus tibiezas, no se ha atrevido a defender, en aplicación de la legalidad constitucional, como tantas veces ha repetido sin hacer nada, frente a los reiterados actos de insumisión del gobierno de la Generalitat.