sábado, 23 de abril de 2016

SOBRE LA REPÚBLICA ESPAÑOLA Y SUS SÍMBOLOS.

Convendría dejar de hacer demagogia barata con los símbolos que son de todos, e intentar estigmatizar a la república y sus símbolos, más de lo que ya lo hicieran los que por la fuerza de las armas, acabaron con su legitimidad democrática con el GOLPE DE ESTADO de 1936 y subsiguiente guerra civil, que termina en un régimen privativo de derechos y libertades fundamentales. Llamemos pues a las cosas por su nombre, porque no por reconocer eso, se es COMUNISTA, ni se pretende cuestionar con ello el orden constitucional vigente y los símbolos que lo representan.



No puedo evitar tener que decir, que me parece CAPCIOSA toda afirmación que diga que la bandera de la república española se creo como elemento de "división social entre españoles"... ¡No nos equivoquemos...!, lo que dividió entonces como ahora a los españoles, es la desigualdad de base económica y la injusticia en la que la misma se apoya.

Decir o insinuar que la república fue un régimen de división social, choca contra los principios mismos que estableció en su constitución el propio régimen republicano español, y por tanto, una afirmación igualmente CAPCIOSA. Bastaría con abrir la primera página de La Constitución de 1931, para deducirlo del primero de sus artículos: "España es una República Democrática de trabajadores de toda clase, que se organiza en régimen de Libertad y de Justicia...". Un precepto que recuerda mucho a lo que recoge nuestra actual constitución, que define a España como "Estado Social y Democrático de Derecho".




En cuanto a la razón del color morado en la bandera, en el decreto que la reguló, se justificaban los motivos de la misma de la siguiente manera: 

"Hoy se pliega la bandera adoptada como nacional a mediados del siglo XIX. De ella se conservan los dos colores y se le añade un tercero, que la tradición admite por insignia de una región ilustre, nervio de la nacionalidad, con lo que el emblema de la República, así formado, resume más acertadamente la armonía de una gran España". [...]

Ese color morado, no es otro, que el de Castilla, como el rojo y el amarillo lo es de Aragón, ambos reinos de cuya unión dinástica en las personas de los reyes católicos, surge España, si bien, manteniendo cada uno, sus leyes, fueros y  en principio hasta moneda y armas.

Convendría por tanto ser JUSTOS, a la hora de valorar unos símbolos, que fueron oficiales, legítimos y democráticamente establecidos dentro del normal funcionamiento de las instituciones del estado, sus fuerzas y cuerpos de seguridad y ejércitos, que lo fueron de España, al margen de las connotaciones políticas de los diferentes gobiernos que luego tuviera la república, y de cómo luego cayó bajo el control del comunismo, a consecuencia de la falta de apoyo que recibió por parte de  las otras grandes democracias del mundo occidental, especialmente Francia y Gran Bretaña, cuando el bando sublevado, con claro apoyo de potencias totalitarias como entonces lo eran la Italia fascista y la Alemania nazi, vino a soliviantar el orden legal y constitucional democráticamente establecido, por la fuerza de las armas, suponiendo en el caso italiano, la invasión de suelo español por fuerzas armadas de un país extranjero.

Dicho esto, hay que reconocer también la importancia que tiene respetar la legalidad de los símbolos vigentes en las instituciones y el orden legal que representan, y que, las instituciones que a todos representan, no pueden servir para proyectar tal o cual opción política.

El debate sobre la forma política del estado, es un debate legítimo, siempre y cuando, no se asocie la idea de la república y el republicanismo a los intereses exclusivos tal o cual colectivo, ideología o partido político, la república como sistema de gobierno, no debería tener más color político que el que decidan democráticamente los ciudadanos para sus respectivos gobiernos.

Terminar diciendo que el ideal republicano y sus símbolos en España son doblemente víctimas, tanto por parte de los vencedores, como por parte del comunismo patrio, que se apropió de un símbolo nacional de dicho régimen, con el claro propósito de asociar la república a SU idea de república. Y siendo rigurosos, la república, su ideal, fue en verdad traicionado por todos, ultrajada por el bando Franquista, y pervertida últimamente por la izquierda más radical, si bien, no se puede negar, que fueron comunistas sus principales defensores durante la contienda, aspecto que merece consideración y respeto, dado la legitimidad democrática y legalidad constitucional, amparaba al régimen republicano en tan trascendentales momentos, siendo los "rebeldes" aquellos que pretendían legitimarse a sí mismos, llamándose "nacionales".

El fracaso de la república, e incluso la pérdida de la guerra, se explica en parte, en un gobierno, que fue incapaz de hacer valer la autoridad del estado republicano desde el primer momento, por encima de toda veleidad partidista, porque España, y el bien común de los españoles, debe estar por encima de todo interés particular e ideología política, y no permitir que éstas puedan llegar a ser causa de luchas civiles, que dividan y debiliten el país.

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