No podemos permitirnos traer la crispación del enfrentamiento político-civil que sufre Venezuela a España, como un elemento más de crispación y confrontación política, que en nada favorece el necesario clima de entendimiento que es imperativo tener, más, cuando nos vemos en la obligación de repetir las elecciones.
Lo que sucede en Venezuela, es producto de graves desigualdades sociales en un país rico en recursos, que no supo arbitrar políticas que posibilitaran una realidad social más justa e integradora, con igualdad en derechos y oportunidades. De la postración y la miseria de las masas desheredadas, surgió el ascenso del Chavismo y su apoyo por esas masas en las urnas.
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