Es lamentable encontrar personas en situación de indigencia, y más, si a ello acompaña alguna afección psíquica, que sale a relucir al poco que se entable un conversación con la persona en cuestión, castigada físicamente por permanecer en la calle, sin los más elementales cuidados que realcen su condición humana.
Como de costumbre pasa en San Fernando, lo que no parece suceder en ningún pueblo de nuestro entorno, y es que Andoni, en su desvarío, dice tener su domicilio en "la plaza embargada" de San Fernando, como así consta en uno de los requerimientos judiciales que ni cortos ni perezosos le mandan de los juzgados de Coslada.
Esta persona refiere tener una buena educación, hablar varios idiomas, y haber dado clase en importantes universidades de norteamérica... quejándose de que los niños que juegan en la plaza, le mojan con sus pistolas y globos de agua, acuarelas de gran valor artístico que el valora en 7 millones de euros.
Dice estar dispuesto a redecorar nuestra plaza embargada con pintura de múltiples colores, colores que manifiesta le dieron agentes políticos de nuestro ayuntamiento, si sus críticas se dirigían por su situación, en contra del actual gobierno, según él manifiesta, aunque ahora le ignoran y eluden pasar "por su casa" que dice ser uno de los parterres de la plaza en la puerta misma del ayuntamiento.
Andoni, no duda en ofrecerte artículos que expone tirados por el suelo de la plaza, a cambio de unos pocos euros, aunque por otro lado, te dice que está ahí porque quiere, que no quiere que le metan en un piso con otros indigentes locos, y que tiene dinero, porque en breve sus familiares le van a mandar 50.000 €, no obstante lo cual, insiste en pedirte dinero, para poder pasar el día y comer dignamente.
No cabe duda de que esta persona, visto su relato, necesita de la AYUDA y LA INTERVENCIÓN de la autoridad pública, porque es obvio que no se trata de un indigente común, sino que tiene un problema psíquico, que le ha llevado a tener algún que otro encuentro con los chavales que frecuentan la plaza con sus monopatines, o los padres de alguno de los niños a los que ha increpado por pasar por lo que él considera su casa.
Que esta persona permanezca en este estado desde el 25 de mayo en nuestra plaza, es reflejo de la inacción o inoperancia de los responsables de arbitrar las medidas necesarias para tratar dignamente a esta persona, desde el ámbito de los servicios sociales, asistencia psiquíatrica y autoridades judiciales. No se trata solo de mandar a la policía para desalojarlo por la fuerza, porque intuyo que su desalojo no será voluntario, sino de poder llevarlo a un centro donde poder tratar primero de todo su patología mental -que así parece a tenor de lo que refiere solo conversando poco rato con él-, para después, abordar el problema socieconómico que le lleva a estar en la calle, que serán muchos y variados problemas a tenor de su estado.
Con los trabajadores de la biblioteca municipal, dice también llevarse mal, y que le han puesto una orden de alejamiento, toda vez que les increpó por el tiempo que se tomaban algunos para ir a desayunar en su horario laboral, y que fue a raíz de aquello, que le rechazaron y le denunciaron, cosa obvia si con su presencia alteraba el normal uso de este servicio público municipal y a sus usuarios.
Dice haber llegado a San Fernando procedente del País Vasco, y haber hablado con concejales de IU y del gobierno de SAN FERNANDO DE HENARES SI PUEDE-PODEMOS, los cuales, de ser así, coincidirán conmigo en el testimonio que aquí refiero, con el ánimo de hacer una pública llamada de atención, para que con el mayor cuidado y diligencia, se arbitren las medidas oportunas por el bien de esta persona, en beneficio del interés público, y para evitar males mayores con el vecindario de la zona, pues al parecer, ha tenido problemas por hurto en un comercio cercano, al carecer esta persona, no solo de recursos económicos, sino también de estabilidad mental.
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