Los
recientes congresos de Ciudadanos C´s y PODEMOS, vienen a
demostrar el "MITO" que ha resultado ser la llamada
"transversalidad ideológica" de alguno de esos "nuevo
partidos" adalides de la "nueva política" que venían a regenerar
nuestra democracia y a luchar contra la corrupción política arraigada en
nuestras instituciones.
Los
nuevos partidos; tanto C´s como PODEMOS, han mostrado la
"polarización ideológica" de
la sociedad española, en coherencia con el tradicional bipartidismo que decían
venir a "superar".
En
ambos casos, la gran perdedora es la "socialdemocracia"; a la cual
debe Europa y España, los mayores logros en lo que se vino a llamar ESTADO
DE BIENESTAR, y que ha hecho de nuestro país y de la Europa Occidental un
referente para el desarrollo humano, desde una perspectiva tendente a una más
justa equidistribución de la riqueza, que sin renunciar a una economía de libre
mercado, preconiza un Estado que interviene sólo para garantizar la práctica
igualdad en derechos y oportunidades para todos los ciudadanos, con
independencia de su condición socioeconómica.
En
Ciudadanos C´s, el socialismo democrático ha sido expulsado de su
ideario; por lo que ahora, su liberalismo "progresista", adornado con
tal adjetivo, no deja de asemejarse en la práctica que se denota de su papel en
las instituciones donde están representados, a las políticas que significan al
conservadurismo neoliberal y corrompido del PP; ante el cual, son evidentes las
tibiezas de Alberto Rivera y su corte.
En
PODEMOS, la victoria del COMUNISMO DE NUEVO CUÑO, asambleario,
radical, dogmático que prefiere la protesta callejera de reminiscencias
"revolucionarias". Se impone a la MODERACIÓN de planteamientos
más "socialdemócratas" de Errejón, que buscaba cambiar las cosas
desde las instituciones; es decir, reformar lo que no funciona del sistema
desde el sistema, que es la tesis del socialismo democrático, cosa que
intentara Salvador Allende en Chile a principios de los años 70, siendo la
reacción a su legítimo gobierno lo que demuestra que efectivamente, desde las
instituciones se pueden cambiar las cosas, forzando a los contrarios a atentar
contra el orden legal y constitucional por la fuerza.
La
vía del socialismo democrático, resulta la más eficaz en sociedades
democráticas medianamente maduras, aunque quizá a España le faltara ya desde
antes de la crisis CULTURA DEMOCRÁTICA, pues sólo así pueden explicarse
muchos de los males que aquejan al país, y que la crisis económica, solo vino a
poner en evidencia de la manera más cruda, en perjuicio, como suele pasar
siempre, de los más humildes, de los menos favorecidos, de los que progresan o
viven únicamente merced a un empleo y un sueldo.
Los
heraldos de la nueva política han demostrado tener los mismo defectos que
reprochan a quienes ellos llamaban "PARTIDOS VIEJOS", porque
como expondría de manera magistral Nicolás de Maquiavelo en su obra EL
PRÍNCIPE; la política es lo que es, y no lo que debería ser..., ¿y qué
debería ser la política?. Pues una actividad de vocación, no un medio de vida,
tendente a servir al interés general, al progreso moral y material de la
sociedad, a partir de unas determinadas teorías o principios de carácter
económico, social y/o cultural, acordes con la escala de valores imperantes.
Y
el problema de la política de nuestro tiempo es precisamente ese, la crisis de
valores éticos de los que adolece la sociedad de nuestro tiempo. La crisis
económica lo único que ha hecho es ponerlos en evidencia, porque ciertamente,
esa crisis de valores viene de largo.
Así
pues, en cuanto a "ideologías", cada cual asume aquella con la que
más se identifica conforme a su "experiencia vital" o "tradición
familiar" -que más o menos es lo mismo pero en sentido colectivo- y
también, conforme a sus intereses individuales, y por extensión colectivos.
Se
puede afirmar sin temor a equivocarse, que es FALSO que alguien por el
hecho de militar bajo unas determinadas siglas, comparta al cien por cien su
supuesto ideario, ideario que muchas veces algunos confunden con CONSIGNAS.
Como también se podría afirmar que es FALSO, que el ciudadano que nunca
ha militado en organización política alguna, no tenga, por esa misma
experiencia vital e intereses personales, cierta "predisposición" o
simpatía a tal o cual línea de pensamiento político, dependiendo claro está, de
cual sea su nivel de formación, cultura e inquietud.
UPyD fue un lúcido pero fracasado intento de partido
político ideológicamente "transversal". Y digo lúcido, porque fue
capaz de ponerse de acuerdo en el diagnóstico de los problemas del país, y de
articular un programa que en mayor o menor medida aunaba un concepto
progresista de liberalismo económico y de socialismo democrático. Sin embargo,
como ahora en PODEMOS o en Ciudadanos C´s; internamente, se daban
pugnas entre corrientes de pensamiento ideológico diferente, que buscaban tanto el control del aparato del partido, en
cuya refriega, se destacaban algunos "personajes sin más valores que los
suyos propios", como imponer un determinado programa ideológicamente afín
a ciertos colectivos de interés económico.
En
definitiva, son fuerzas antagónicas que tensionan los liderazgos y las
estructuras internas, por lo que es muy difícil buscar el equilibrio necesario
para aunar posiciones ideológicas distintas y a veces antagónicas dentro de una
misma organización política.
Los
Reyes Católicos, al respecto de esto último, tuvieron claro que un país unido,
requería de una misma lengua, una misma religión y un solo rey; por tanto, tal y como nos enseñaron en Historia de España, la unidad política, cultural y
religiosa. En todo partido político ha de esperarse cierta homogeneidad
ideológica y liderazgo único... pues la historia nos demuestra que de otra
manera no funciona. Lo cual no significa ir hacía un modelo de partido único y pensamiento único. La
diversidad de pensamiento nace desde la contraposición de ideas a través de la
opinión libremente expresada desde el respeto a las del contrario. En una
democracia como la española, como otras homologables consideradas "avanzadas"
esas corrientes de opinión cristalizan en partidos políticos, que son los
instrumentos creados para traducir en un determinado programa esos
alineamientos dispares de la sociedad, producto de las circunstancias de cada
colectivo social y sus intereses. Y es a través del voto libre que se concitan
las mayorías parlamentarias para formar las alianzas que por medio de la
negociación, posibilitan los gobiernos.
La
crisis que ha asolado España con más dureza que a sus vecinos de Europa
Occidental desde 2008, ha acrecentado las desigualdades sociales, condenando a
muchos millones a la exclusión, la pobreza o la precariedad laboral, aquellos
que dependían de su trabajo para vivir de una manera digna y socialmente
"integrada" en nuestra imperante sociedad de consumo. Las clases
medias se han proletarizado en su mayor parte, y las trabajadoras abocadas a la
pobreza, siendo ambas las que con un sistema fiscal como el español asumían con
sus impuestos y cotizaciones el sostenimiento del ESTADO DEL BIENESTAR.
En contraposición a eso, una minoría privilegiada, ha acrecentado su riqueza, y
a la par, su poder e influencia económica, social, política y mediática.
Este
orden de cosas ha tenido su reflejo en la realidad y estabilidad política del
país, con la irrupción de fenómenos como el 15M primero y PODEMOS después.
A ello, también ha habido una contra reacción del "establishment" formado por la clase política tradicional controlada por el poder económico y financiero que controla los medios de comunicación, que a través de la manipulación mediática, ha pretendido "criminalizar" la pobreza, a la par que culpabilizar y fomentar la indefensión inducida de los colectivos sociales más afectados por la crisis -parados, desahuciados, inmigrantes-, aun cuando la situación que viven en ajena a sus decisiones y voluntad.
Todo ello, a la par que introducían nuevos actores políticos, que a través de la cosmética de un supuesto "progresismo regenerador", con un líder carismático ideológicamente afín a sus intereses, ampliamente promovido en los medios de comunicación que influyen en la opinión pública. Buscan dividir y captar el voto de los ciudadanos descontentos más moderados, a través del discurso del miedo al contrario y la radicalidad de sus propuestas, cuando en realidad, el cambio que ellos preconizan, significa mantener en lo fundamental el mismo orden de cosas que genera ese descontento social, ese ha sido el caso del ascenso de Ciudadanos C´s de partido regional en torno a la figura de Alberto Rivera, a partido nacional, hoy claramente, una versión ligh del PP en color naranja.
A ello, también ha habido una contra reacción del "establishment" formado por la clase política tradicional controlada por el poder económico y financiero que controla los medios de comunicación, que a través de la manipulación mediática, ha pretendido "criminalizar" la pobreza, a la par que culpabilizar y fomentar la indefensión inducida de los colectivos sociales más afectados por la crisis -parados, desahuciados, inmigrantes-, aun cuando la situación que viven en ajena a sus decisiones y voluntad.
Todo ello, a la par que introducían nuevos actores políticos, que a través de la cosmética de un supuesto "progresismo regenerador", con un líder carismático ideológicamente afín a sus intereses, ampliamente promovido en los medios de comunicación que influyen en la opinión pública. Buscan dividir y captar el voto de los ciudadanos descontentos más moderados, a través del discurso del miedo al contrario y la radicalidad de sus propuestas, cuando en realidad, el cambio que ellos preconizan, significa mantener en lo fundamental el mismo orden de cosas que genera ese descontento social, ese ha sido el caso del ascenso de Ciudadanos C´s de partido regional en torno a la figura de Alberto Rivera, a partido nacional, hoy claramente, una versión ligh del PP en color naranja.
A tenor
de todo lo dicho, hoy podemos decir, que las aguas comenzarán a volver a su
cauce, pues es evidente que se empiezan a caer las máscaras a los actores de lo
que vino en llamarse "nueva política" de los nuevos partidos.
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